El taller de escritura no solamente me devolvió aquella chispa que, como mejor la describen esas autoras que nos acercaste, nos hace sentir con la “mansa alegría”, sino que movía las fichas que solamente estaba usando para trabajar, y que había olvidado cuánto forman parte de mi esencia y me devuelven vida. La literatura definitivamente nos hace mejores personas, y en este taller, sin dudas, guiaste el mejor camino para andarla: el de la reflexión, el descubrimiento de los posibles mensajes ocultos, la transmisión del placer que se puede sentir cuando nos animamos a nadar en este mar de frases y palabras que supo ser inventiva, creación e inspiración de mujeres y que contagia desde ellas, a través tuyo y de las MARAVILLOSAS consignas de escritura. Vale la pena cada segundo invertido.